lunes, 3 de febrero de 2014

Esquema versus improvisación

Cuestión controversial si las hay dentro de la escritura...
En esto muchos escritores nos dicen qué debemos hacer. Otros, qué podríamos hacer. Y en este caso, opto por seguir los consejos de los segundos, porque los métodos que suelen tener los escritores no funcionan para todos por igual. Es algo que no me voy a cansar de decir a lo largo de este blog. La diferencia entre debemos y podríamos es muy grande. Cuando usamos la primera damos casi una orden, como si fuese lo único que realmente funciona o nos convierte en escritores serios. La segunda, en cambio, nos da libertad de elección y suele funcionar mejor para la mayoría, porque nos permite optar por lo que mejor se adapta a nosotros.
Ahora, ¿qué hacemos entonces? ¿Esquematizar o no? ¿Cuál es la forma correcta y profesional?
Yo pienso que depende del caso, y de qué esquematización hablamos. No hay sólo una forma correcta o profesional.
Para mí, hay dos formas de esquematizar: mentalmente y en papel/computadora.
En mi caso puedo hacerlo de las dos formas, y también optar por improvisar, así que me da lo mismo cuál elijo. Sin embargo, no es así para todos y hay que tener en cuenta varias cosas antes de decidir qué haremos en este sentido. No son iguales, y ambas tienen pros y contras que debemos tener en cuenta antes de lanzarnos y elegir una.

Esquematizar:

Mentalmente:

Pros:
  • Nos da la ventaja de mantener "en buena forma" la memoria.
  • Ahorramos papel y tiempo no teniendo que escribir el esquema.
  • Nos permite saber en detalle qué sucederá a continuación, impidiendo que nos quedemos sin ideas.
  • En caso de olvidar algo, podemos "improvisar" y encontrar una idea que nos resulte más convincente.
  • Podemos modificar rápidamente el esquema en caso de decidir hacer un cambio, sin necesidad de borrar y reescribir el mismo.
  • La historia será más concisa si no olvidamos nada.
  • Conoceremos mejor a los personajes y a sus personalidades, de modo que nos será más fácil escribirlos y hacerlos actuar.
Contras:
  • Si no tenemos buena memoria, nos arriesgamos a olvidar el esquema.
  • Si ese es nuestro caso, no podemos pasar grandes períodos de tiempo sin pensar en la historia, porque nos arriesgamos a olvidar detalles y escenas.
  • No es conveniente que la historia que memorizamos sea muy extensa, porque corremos el riesgo de olvidar muchas cosas.
  • Nos será más difícil encontrar congruencias si olvidamos algo.
  • Nos será más difícil analizar si las escenas están en donde deben o hay que moverlas y/o eliminarlas.
En sí, la principal desventaja de esta opción es el olvido. Corremos riesgo de olvidar constantemente.

En papel/computadora:

Pros:
  • Todo queda registrado y no corremos el riesgo de olvidarlo.
  • Si es en computadora, podemos modificar rápidamente el esquema en caso de hacer cambios.
  • La historia será más concisa y nos será más fácil encontrar errores de congruencia.
  • Conoceremos mejor a los personajes y a sus personalidades, de modo que nos será más fácil escribirlos y hacerlos actuar. 
  • Podremos pasar largos períodos de tiempo lejos de la historia sin arriesgarnos a olvidar la trama.
  • Puede tener la extensión que deseemos sin arriesgarnos a olvidar la trama.
  • Nos será más fácil analizar si las escenas están en donde deben o hay que moverlas y/o eliminarlas.
Contras:
  • "Perderemos" tiempo escribiendo el esquema.
  • Si lo escribimos en papel, nos será más difícil incluir el cambio en caso de que lo hagamos. Tendremos que adjuntar una hoja con la nueva escena, o varias con el resto de la trama cambiada. Dependiendo de la cantidad de cambios, será más complicado de hacer o no.
  • Corremos el riesgo de perder las hojas/el archivo, por lo que hay que tener una copia a mano.
La principal desventaja de esta opción es el tiempo que demanda esquematizar de forma escrita. Y si perdemos el esquema, tendremos que volver a hacerlo, lo que nos hará perder más tiempo. Sin embargo, si tenemos copias o cuidamos bien el esquema, esto ya no será una desventaja.

La otra opción que tenemos es optar por improvisar mientras escribimos.
Esta opción es un tanto controversial. Hay autores que rechazan rotundamente esta opción, tildándola de poco profesional. Sin embargo, otros la recomiendan porque estimula la imaginación y hace más divertida e impredecible la escritura. Los cuatro primeros libros que escribí fueron improvisando, y puedo confirmar esto último. Improvisar tiene muchas ventajas, pero tengo que advertirles que también muchas contras. Mi consejo es que solamente usen esta opción si creen que pueden hacerlo, y si atraviesan un estado emocional no turbulento (aunque hay quienes escriben mejor cuando pasan por malas épocas...).
Los dos primeros libros que escribí eran... raros, pero ingeniosos. En mi caso me quedaba mucho menos tiempo estancada, y mi imaginación corría como la cinta de una película.
El tercero fue, hasta el momento, el que más disfruté escribir y el que aún me tiene muy entusiasmada (es el que intento publicar).
Cada libro me llevaba un promedio de 3 o 4 meses. En cambio, el cuarto fue distinto.
Cuando empecé a escribirlo atravesaba un cuadro de estrés que iba creciendo cada vez más. Mis ideas eran caóticas, y apenas podía concentrarme en escribir. Casi no sabía a dónde dirigirme dentro de la historia, y los personajes se desvirtuaron mucho por mi estado emocional. Tardé un año en escribirlo, y nunca quise releerlo. Lo deseché directamente, y cuando el estrés pasó, esquematicé en papel una nueva trama para ese libro y empecé a escribirlo, pero no fue garantía de que iba a volver a escribir rápido: tardé 11 meses en terminarlo, cuando debería haber tardado como mucho 5, teniendo en cuenta la velocidad que tuve con los anteriores.

Improvisar:

Pros:
  • Estimula la imaginación.
  • Nos da sorpresas a medida que escribimos.
  • Es más difícil que nos aburramos porque nunca sabemos qué sucederá.
  • No corremos el riesgo de olvidar nada de lo que va a pasar.
  • Es más entretenido y divertido.
Contras:
  • Debemos recordar aquello que escribimos en lugar de lo que deberemos escribir.
  • Corremos el riesgo de quedarnos sin ideas.
  • Si es una saga y atravesamos un período emocional malo, corremos el riesgo de desvirtuar la historia (sólo si no nos sienta bien escribir en un estado así).
  • Corremos el riesgo de que la trama no sea tan concisa y tenga incongruencias.
Entonces, ¿qué conviene hacer?
Lo que se adapte mejor a nosotros y a la historia, pero tenemos que tener en cuenta que ninguna opción que elijamos será garantía de nada. Hay muchos que esquematizan y aún así se estancan, por ejemplo.
Tampoco se dejen guiar por el tema del profesionalismo. Ninguna de las opciones es más profesional que la otra. Todas tienen sus ventajas y desventajas (seguramente muchas más de las que nombro). Pueden optar por esquematizar en escrito o mentalmente, o por improvisar, incluso por mezclar ambas: esquematizar algunas escenas e improvisar otras. Eso depende de cada uno y de la historia que están escribiendo. Cada escritor tiene su método, no hay fórmulas mágicas generales para escribir. Cada uno tiene la suya. Lo que no funciona para uno funciona para el otro, y viceversa.
Elijan la que les guste más, o prueben cada una y decidan cuál les conviene usar.
Lo único que tenemos que tener en cuenta es que después de la escritura viene la revisión. Y todo lo que no funcione allí, siempre puede cambiarse durante esa etapa.

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